El mundo secreto de Arriety

La belleza de las películas de Studio Ghibli es que tienen mucha profundidad y corazón, y esta película es un ejemplo perfecto de eso. A simple vista está la maravilla de un adolescente que descubre una compañera diminuta que vive en un mundo muy parecido al suyo, solo que dentro de las paredes y debajo de las tablas del suelo de su casa. Pero lo más relevante es cómo la película presenta de forma directa la difícil situación de un niño que a menudo se queda y se siente solo, y de una niña que no puede interactuar con otros como ella. En las películas de Ghibli, los niños y adolescentes pueden estar tristes, abatidos, preocupados, asustados y agobiados; no es un mundo edulcorado. Y, sin embargo, la historia se desarrolla sin rudeza, solo con un realismo que no es condescendiente con su público infantil. Nuestros niños pueden lidiar con contenido complicado, siempre y cuando se maneje con inteligencia y compasión.

A los espectadores acostumbrados al ritmo frenético de otros largometrajes animados les puede parecer que El mundo secreto de Arrietty es lento y tiene pocos efectos especiales, pero esa es su fuerza. La obra de arte es hermosa y meticulosa, la historia es preciosa. No necesita trucos impactantes o actuaciones musicales, o esos personajes extravagantes que terminas comprando en restaurantes de comida rápida para coleccionar, para ser una película maravillosa. Simplemente lo es.