Gran Turismo: De jugador a corredor

Esta película biográfica, basada en hechos reales, da la vuelta a otras películas de deportes, al menos para los adolescentes que conectan con el aspecto del juego. Los fans del director Neill Blomkamp saben que es un maestro a la hora de elevar las emociones, y en Gran Turismo ofrece muchas: esperanza, decepción, sentimientos de amor, devastación, anticipación, inquietud y la euforia de un éxito improbable. Y lo que es más, apoyándose en las raíces de juego de la película, te permite sentir la experiencia como si te estuviera ocurriendo a ti.

Parte de esa experiencia, al igual que ver una carrera de Fórmula Uno en la vida real, a veces se hace pesada (sobre todo en la parte central), pero es una parte vital del proceso: La única manera de llegar al fenomenal y emocionante final es que las ruedas recorran todos los caminos para llegar allí. Jann se enfrenta a serias adversidades de la vida real que probablemente frenarán a los niños que piensen en seguir su trayectoria profesional. (Puede que los padres se sientan más identificados con el padre de Jann, Steve, interpretado por Djimon Hounsou, que se siente frustrado porque su hijo se pasa todo el tiempo jugando y le pide que consiga un trabajo). Pero las dificultades de Jann convierten el final en un juego de nudillos, alimentado por una oleada de adrenalina. Lo más probable es que acabes la película sintiéndote completamente bombeado, preguntándote qué imposibilidad serás capaz de lograr. No busque la historia completa de Jann hasta pasados unos días, ya que algunos elementos son ficticios para la película.