Yo soy: Celine Dion

No se puede negar que la situación por la que está pasando Celine Dion es terriblemente agotadora y este documental explica con creces por qué ha desaparecido de los focos internacionales. Es bastante difícil ver a la cantante sufrir espasmos hasta casi la parálisis. Yo soy: Celine Dion comienza con un aviso de discreción para el espectador sobre "impactantes escenas de trauma médico". Hay dos escenas impactantes de este tipo y se discute mucho en Internet sobre la decisión de filmar las crisis e incluirlas en el documental. A lo largo de la película, Dion aparece sin maquillaje, cansada y llorosa. La excepción es cuando tiene que grabar saludos alegres para otros o cuando pasa fragmentos de tiempo con sus hijos. A lo largo de toda la película se entreteje una partitura melancólica.

Alrededor de los 20 minutos, Dion lleva a las cámaras a visitar un almacén lleno de ropa de alta costura, zapatos de diseño y otros recuerdos y se jacta de meter los pies en zapatos que no le cabían. Poco después se intercala un video casero en el que se ve a una Dion muy embarazada quejándose delante de un armario con aparentemente cientos de zapatos de que no tiene el par adecuado para ponerse. Es sólo un ejemplo de cómo el montaje permite una crítica sutil del tema, intencionadamente o no. Es difícil negar el privilegio de Dion o el hecho de que ha disfrutado de más éxito y vivido una vida más plena que la mayoría. Esta no es la película ni el momento para la gratitud o la celebración de lo que ha sido. Pero seguro que su familia y sus fans quieren verla bien, con o sin futuros conciertos.